Malditos libertadores (fragmento)Augusto Zamora R
Malditos libertadores (fragmento)

"Si la frontera entre Estados Unidos y Canadá es el cielo, la frontera entre México y Estados Unidos es el infierno. Al norte de Latinoamérica, una inmensa muralla política, económica, social y cultural separa -no une- dos mundos. Es ese abismo entre pobreza y riqueza lo que hace de nuestra región una región-isla, separada del resto del mundo por dos océanos y del mundo anglosajón por la pobreza, el atraso, el racismo y la xenofobia. Se puede argumentar que no es así, que los hispanos o latinos son una minoría de creciente importancia. Numéricamente es correcto. Políticamente no es nada claro. Haciendo realidad el dicho de que no hay peor cuña que la del mismo palo, una parte importante de hispanos es derechista, abomina de sus orígenes y hace piña con quienes nos quieren siempre de rodillas. Lo cierto es que, del norte, han llegado el expolio económico, las intervenciones, los golpes de estado, el control ideológico e informativo, la invasión cultural... El sur aporta emigrantes, emigrantes, emigrantes... Un muro a derribar.
Prácticamente todo, en Latinoamérica, está condicionado por su geografía, que determina desde cosas nimias hasta cuestiones colosales. Una de ellas es que los habitantes de Latinoamérica -del continente todo en general- no tienen relación directa con el resto de continentes del mundo. No hay, en consecuencia, ningún contacto permanente, próximo, inevitable, con otros pueblos y civilizaciones, como el que hay, por ejemplo, de Europa con África y Asia o de India con Oceanía, y viceversa. El estrecho de Gibraltar, en su parte más estrecha -valga la redundancia-, tiene 14,4 kilómetros de largo y desde Constantinopla pueden verse las costas de Asia Menor. Viajar de Managua a Madrid lleva 11 horas, que se hacen 16 si el vuelo es de Santiago de Chile. Latinoamérica está lejos del mundo y el mundo lejos de Latinoamérica. "



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