El primer tercio (fragmento)Neal Cassady
El primer tercio (fragmento)

"Aquel cine era con toda seguridad el peor de Denver y su clientela estaba a la altura correspondiente de pobreza. Si pagaba los diez centavos de la entrada (excepto los niños, que pagaban sólo cinco), cualquiera podía sentarse en aquel sucio local y contemplar la magia de Hollywood durante más de medio día sin ver dos veces la misma escena. De todos los cambios sensoriales al pasar directamente de la peluquería al teatro, lo que mi memoria retiene con más agudeza es el contraste de olores. Del dulce perfume de lociones y colonia estaba uno en un instante sumergido por completo en un hedor indescriptible, porque bajo el techo del Zaza flotaba suspendida una peste abrumadora a cosas.
Naturalmente que sólo puedo acordarme de una parte de las muchas que componían aquel Gran Olor, y no puedo por tanto imaginar totalmente su procedencia, pero sí recuerdo perfectamente que en aquella combinación desconocida prevalecía sobre los demás un extraño almizcle que subía como de unos depósitos ocultos bajo el polvo solidificado del suelo. Rebotaba de pared intocable en pared intocable e invadía en oleadas sin obstáculos la breve barandilla del anfiteatro. El olor compartido de cada espectador se sumaba al conjunto propio del edificio y formaban así una múltiple y complicada podredumbre que permeaba las narices con tanta potencia que, mientras luchaba por acostumbrarme, inhalaba la menor cantidad de aire posible por la boca abierta. "



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