Albert Kivikas Nombres en una tabla de mármol (fragmento) "Pero primero entré en pánico, estoy tan avergonzado ahora mismo..." respondió Ahas, que estaba a punto de llorar: "¡Pero ya saben, muchachos, es lo que es, pase lo que pase, pero no correré más! ¡Prefiero morir antes que volver a sentir tanta humillación y vergüenza! (…) Entonces díganme, ¿es correcto venir aquí para implementar el orden socialista con ese tipo de tontos, masas estúpidas que no saben nada al respecto? La implementación del orden socialista requiere un alto nivel de educación por parte de una nación. Pero empezar a hacerlo a través de los animales, no, carajo, ¡eso no me va en el alma! Entonces los diminutos chinos, que no son mucho más altos que los cerdos, tienen derecho a portar armas en el mundo y venir aquí a matar a los educados. ¡Pueblo! Bueno, entonces díganme: ¿Gobernará el mundo en el futuro la estúpida masa y no el espíritu, como enseñan todos los grandes filósofos? " El Poder de la Palabra epdlp.com