Mi cabeza me hace trampas (fragmento)Carlos Mañas
Mi cabeza me hace trampas (fragmento)

"Estoy internado, según dicen, por mi bien. Ahora que estoy menos atontado por la contención química, recuerdo vagamente el día en el que se inauguró mi secuestro social.
No se borran del disco duro de mi cabeza las escenas del recibimiento por parte de mis anfitriones sanitarios. La primera reminiscencia que me acecha dibuja un panorama desalentador.
Inmovilizado por dos seguratas que me arrastran siguiendo las indicaciones de un celador que les señala el habitáculo donde tenían que liberarme.
El sanitario me acomoda una pulsera indicativa en la muñeca, me da una bolsa plástica rotulada con el nombre en letras grandes del psiquiátrico para guardar mis pertenencias y un pijama dos tallas más grandes, incluso en los periodos en los que la medicación me hacía engordar.
Se me apremia para que me desnude y me hacen saber que también me van a pesar, que no pierda el tiempo.
Ejecuto las órdenes sin dilación y presionado por las miradas de los vigilantes que aún están presentes. Al despojarme de mi ropa interior, sale a la luz mi bolsa de ileostomía, para asombro de los demás.
Aparte de estar casado con la bipolaridad estoy ostomizado. Soy uno de tantas y tantos a los que se les ha creado un orificio en el abdomen para dar salida a las heces que se recogen en una bolsa adaptada al cuerpo.
Los agentes de seguridad, al ver la prótesis cerca de mi ombligo, cruzan su mirada y se dan la vuelta para reírse de manera nasal.
«Esta gente lo único de inteligente que tiene es su teléfono móvil», pensé.
Me dio más coraje que el celador secundara la coña. De él no me lo esperaba, a pesar de que su aspecto sí que puede despertar la mofa por sí solo. Es de esa categoría de personas que no está contenta con su edad y se corta el pelo imitando el peinado del futbolista de moda.
Finalizado el proceso de admisión me indican con el dedo el número de habitación. "



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