Evelyn Mesquida El cementerio de los locos (fragmento) "«Hay que considerar a los locos como poetas que no han sabido o no han podido hacer de su vida el poema indispensable...». Así defendía Francesc Tosquelles a los seres vulnerables que le fascinaron desde niño y a los que dedicó de forma apasionada y racional gran parte de su vida. Fue en el hospital psiquiátrico de Reus donde aprendió a conocerlos. Tenía ocho años. A partir de entonces no cesó de interesarse e intentar descubrir el mundo de claroscuros en el que se alojan «los locos». Aquella pasión, que Tosquelles calificaría más tarde de «vicio constitucional», se fortaleció mientras realizaba sus estudios y arraigó profundamente cuando comenzó a trabajar como médico, en 1933, en el Instituto Pere Mata de Reus. Desde ese momento inició un extraordinario recorrido, tanto en España como en Francia, perseverando en el empeño por comprender y transformar el mundo de la psiquiatría, dándole un valor y un rostro más humano. Para alcanzar ese objetivo, aprendió poco a poco a practicar el lenguaje del paciente y a descubrir lo que hay de fértil en el delirio, algo que defendió siempre, convencido de que «sin el reconocimiento del valor humano de la locura, es el hombre mismo el que desaparece». Su fructífero y lúcido trabajo y su lucha incesante, acompañada de un deseo de rebelión social y de libertades por las que no dejó de combatir en ningún momento —ni en la Guerra Civil española, ni en Francia durante la Segunda Guerra Mundial, ni en los ásperos años que siguieron—, marcaron su época y revolucionaron la psiquiatría. La primera vez que oí hablar de Francesc Tosquelles fue en 2020, en un programa de la cadena de radio pública France Culture. Me pareció un personaje apasionante y tan olvidado como otros muchos republicanos españoles en el exilio. Solo conocía parcialmente la historia, así que salí en su búsqueda. Pronto me di cuenta de que mi ignorancia no significaba que el personaje fuera anónimo: en el mundo de la psiquiatría, Tosquelles era un referente para todos los especialistas médicos a los que pregunté. Las exposiciones y proyectos dedicados a su figura y a su obra, que llegaron al poco tiempo, supusieron el reconocimiento definitivo después de un largo olvido, de una larga «ausencia», y la confirmación de que había muchas personas empeñadas en que eso sucediera. Por fin. " El Poder de la Palabra epdlp.com