Thomas Hope Atanasius o la memoria de un griego (fragmento) "Hubo dos cosas en este encuentro que me sorprendieron y a muchos les parecerán increíbles. La primera era que Mavrocordato no había trabajado como un galeote por su hijo cuando era niño, para luego pelearse con él cuando ya era un hombre, la otra, que no lo tuvo en cuenta, porque transcurridos nueve o diez años desde que salvé la vida de aquel hijo, el término natural del agradecimiento de un padre estaba totalmente vencido, ni siquiera pensó que todas las promesas hechas a un cristiano debían desaparecer al convertirse en mahometano. En efecto, cuando Mavrocordato supo que yo, por buenas o por malas razones, había cambiado de religión, pareció un poco consternado, pero recuperándose pronto y según la voluntad de Dios, gritó, "¡hágase!" y me invitó no menos cordialmente a su mansión como si pudiera haberle prometido públicamente el vino de su propia cosecha. Tal vez una persona que en mi situación pudiera ascender a un rango y hubiera encontrado medios para ahorrar dinero, no podría parecer, después de todo, que el prudente elenco de Mavrocordato careciera por completo de algunos ingredientes loables en su carácter. Al menos mi anfitrión me recibió como si así lo hubiera pensado, y el mismo día escribió a mi padre para informarle de su encuentro, de su placer y de su pena. " El Poder de la Palabra epdlp.com