Elogio de la edad "En el verde jardín, bajo un dulce rosal, oí cantar serenamente a un anciano; Gay era la nota, su voz era plena y libre. Me dio alegría ver algo tan extraño. Y así cantó: – Yo, siendo rey de todo este mundo, no viviría una vida como ésta. ¡Oh juventud! Tus flores más dulces tienen el aguijón más agudo: cuanto más envejecen, más cerca está la bienaventuranza celestial. Falso es el mundo, y lleno de cambios vil; Invadido por el pecado, la penuria y el dolor: toda la verdad ha huido; el timón está sostenido por la astucia; cayó, la traición cobarde ha matado el alto honor, y la libertad languidece en cadenas de hierro. Es el bajo amor al poder lo que ha provocado todo esto. ¡Ah! No llores entonces porque la juventud está en decadencia: cuanto más envejeces, más cerca está la bienaventuranza celestial. Entonces no confíes más en este mundo miserable, ¿por qué? Toda alegría terrena todavía termina en tristeza; Nadie puede certificar su estado mortal: hoy un rey, mañana nadie prestará refugio a tu regia cabeza: que Dios repare, con su dulce gracia, un naufragio tan triste como este; Y pronto nuestros espíritus envían a su gloria: cuanto más envejecemos, más cerca está la bienaventuranza celestial. " epdlp.com |