Princesa cautiva, de Ejercicios para el endurecimiento del espíritu "Él me compraba ropa en el mercado de pulgas un pantalón de cuero un disfraz de indiecita dos piezas de hilo dorado y una pluma escarchada solía llevarme al Comedor Popular viejos locos y vagabundos devoraban pequeños esqueletos en platos de plástico rojo bajábamos de los barrios altos hasta las tiendas de los chinos nos gustaba ver moverse los corazones de los pescados agónicos y brillar las patas de cangrejo sobre las plantas artificiales cuando salía me encerraba con llave si venía a buscarlo uno de sus amigos yo salía a la ventana y le mostraba eufórica uno de mis pechos sus manos estiradas hacia mí apretaban furiosas a través de los barrotes hasta hacerme escapar el tipo se iba con las manos vacías y llenas de espinas cuando él volvía me daba vueltas en el aire supongo que con alegría y abría mi blusa con teatral violencia los botones caían como lágrimas yo también caía también quería romper algo estrellar su colección de canicas contra el suelo oscuro pero las canicas soportaban todos los golpes como yo al menos como solía ser yo y el ruido la luz de las canicas cayendo esparciéndose como pequeñas plumas sopladas en mi corazón. " epdlp.com |