Viktor Dyk El flautista (fragmento) "¿Y tu nombre es…? “No tengo uno. No tengo posición. Peor que eso, soy el flautista, un cazador de ratas”. El hombre que habló se mantuvo erguido ante la puerta mientras la silueta de una figura femenina era un resplandor blanco en el crepúsculo. Sus oscuros ojos escrutadores estaban fijos en ella. Era alto y delgado, flaqueza acentuada por un ajustado abrigo de terciopelo y pantalones ajustados. Tenía manos pequeñas y delicadas, de dama, de hecho. No llevaba ningún arma, ni siquiera un bastón, aunque parecía haber venido de lejos por caminos que no siempre eran seguros. Sin embargo, sostenía algo largo y ornamental que había despertado la curiosidad de la mujer con la que hablaba. Era una pipa y la mano de obra era extranjera. Nunca antes había visto algo así. "Un cazador de ratas". La mujer en la puerta se rió. Entonces has llegado a Hamelín en el momento justo. Aquí no hay cazadores de ratas, aunque tampoco faltan tarifas. “Dime una cosa, cazador de ratas, ¿cómo llegaron aquí todas estas ratas? Antiguamente no había nadie por aquí, o eso nos cuentan. Pero para ustedes eso ya es viejo”, finalizó con una sonrisa, “siempre pensando que el mundo se está yendo a la mierda”. El flautista se encogió de hombros. " El Poder de la Palabra epdlp.com