Autorretrato "Era algo trigueño, de rostro festivo, de talle mediano, ni grande ni chico. De nariz y boca un poco provisto y el lacio cabello algo enrarecido. Eran apacibles sus ojos y vivos, a veces locuaces, y a veces dormidos. Su rostro era feo, mas no desabrido, sino que inspiraba confianza y cariño. Tuvo algunas veces defectos y vicios, mas su alma era noble, su pecho sencillo. Un lunar tenía con vello crecido, fijado en el medio del diestro carrillo. Su acento era suave y asaz expresivo, mas una dolencia lo puso ronquillo. Usaba antiparras, tomaba polvillo y era con las damas atento y rendido. No era su carácter adusto ni esquivo, y así era de todos amado y bienquisto. Contaba mil cuentos con sus ribetillos, dejando lo exacto por lo divertido. Formaba renglones largos y chiquitos que se le antojaban versos peregrinos. No invocaba a Apolo por ser Masculino y sólo a las Musas pedía su auxilio. " epdlp.com |