Bajo terapia (fragmento)Matías Del Federico
Bajo terapia (fragmento)

"ROBERTO: A ver, a mí me gustaría comentar algo que nos pasó a nosotros… (Pausa. Todos miran a Roberto, que se pone incómodo ante el silencio) Porque de eso se trata, ¿no? De ir compartiendo cosas personales…
(Pausa)
TODOS: Claro, claro… Sí… Por supuesto…
ROBERTO: Ah, bueno… Nosotros el año pasado tuvimos el mismo problema con Robertito. Un día voy a buscar a mi hijo al colegio y veo que sale llorando. Le pregunto qué te paso hijito: y él me dice “Quique me pegó, papá”.
ANDREA: Qui-que.
TAMARA: No, que terrible. ¿Pero qué está pasando hoy en la escuela?
ROBERTO: Entonces dejé a Robertito con Andrea. Y me fui directo a la casa del tal Quique.
PAULA: (A Ariel) ¿Ves? Los padres van a la casa de los chicos que le pegan a sus hijos.
ROBERTO: Efectivamente, Ariel, son cosas que nos corresponden a los padres.
ARIEL: Ya dije que voy a ir.
ROBERTO: Bueno. La cosa es que llego a la casa del tal Quique, toco el timbre, sale el padre y le cuento lo que había pasado. Y automáticamente el tipo me dice: “No, no, esto son cosas de chicos, las tienen que arreglar entre ellos…Yo en esas cosas no me meto…”
PAULA: Qué vergüenza.
TAMARA: Un impresentable.
ROBERTO: Eso es, Tamara, un impresentable… Un violento pasivo ¿viste? Pero, bueno, me callé y me fui porque no quería problemas. Al día siguiente voy a buscar a mi hijo al colegio y de nuevo aparece llorando. Le digo “¿qué te pasó hijito? Y me dice “Quique me pegó otra vez, papi”. El papi ese me mató, te juro… Agarré a Robertito, lo subí al coche y encaré para la casa de Quique… Iba tan acelerado que ni siquiera me di cuenta de que no le había puesto el cinturón de seguridad, pero bueno… llegamos y le dije a mi hijo: “Vení Robertito, acompañame”. Estaba muy asustado pobrecito… Es muy sensible. Muy parecido a mí salió el mocoso ¿viste?…
ARIEL: Criaturita.
ROBERTO: Lo alcé en brazos. Llegamos a la puerta. Y le dije “mi amor, ayudame, tocá el timbre” Como un juego…
PAULA: Claro, claro…
ROBERTO: Recuerdo que le temblaba el dedito… Entonces Robertito toca el timbre. El padre sale y sin decirle ni una palabra le pegué una trompada, le rompí el tabique. Y listo. Fin del problema. "



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