El abedul y la estrella (fragmento)Zacharias Topelius
El abedul y la estrella (fragmento)

"Todavía conozco una vieja historia sobre un niño y una niña que a lo largo de su vida sólo quisieron alcanzar una única meta. ¿Cuántos de nosotros podríamos decir lo mismo? Hace casi doscientos años hubo una gran crisis en Finlandia. La guerra arrasó el país, se quemaron ciudades y casas, se pisotearon los campos y cientos de miles de personas murieron a espada, de hambre, en el exilio y de enfermedades espantosas. Entonces ni vi ni oí nada más que suspiros y lágrimas, gemidos, pena, dolor y sangre; y los que aún tenían alguna esperanza, ya no podían saber qué desear, pues la plaga de Dios atravesó nuestro país disciplinándolo estrictamente; esos recuerdos nunca se olvidan.
Durante esta gran desgracia, muchas familias también fueron divididas, de modo que algunas fueron llevadas al país enemigo, otras huyeron a los bosques o a la lejana Suecia; la esposa ya no sabía nada de su marido, el hermano de su hermana y el padre y la madre no sabían de sus hijos si todavía estaban vivos o ya muertos. Por eso, cuando por fin llegó la paz y los que aún estaban vivos regresaron a casa, sólo unos pocos no pudieron extrañar a un familiar ni llorar.
Se cuenta en una historia del Caballero Barba Azul que envió a su hermana a la torre desde donde se podía ver a lo lejos el camino y a cada rato le preguntaba: "Anna, hermana mía, ¿ves a alguien venir?" También muchos se preguntaban unos a otros, cuando la cabaña parecía sombría y los seres queridos no llegaban: "¿Viene alguien?". Y normalmente la respuesta era: "¡Nadie!". Pero a veces sucedía, como en el cuento de Barba Azul, que desde lejos se veía una pequeña nube de polvo en el camino y por fin un grupo de refugiados que buscaban a sus seres queridos. Se veían relaciones... Entre ellas los ojos del padre y de la madre buscaban a sus seres queridos. Y si después de muchos, muchos años los encontraban, entonces la alegría era tan grande como si no hubiera habido ningún dolor. Las casas se levantaron de repente, los campos volvieron a dar frutos y en lugar de las penas pasadas amaneció un tiempo nuevo. "



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