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Ett köpmanshus i skärgården (fragmento) "Nuestra historia se sitúa cerca del hermoso lago Wenner, en un valle que se parece mucho al descrito por La Fontaine. Al entrar en este valle, el primer objeto que aparece ante nuestra vista es una pequeña cabaña de color rojo. Una enredadera se entrelaza graciosamente sobre una de las ventanas, cuyos cristales brillan a través de las hojas verdes, que ligeramente abiertas revelan el rostro sobrio de un viejo gato negro que mira recatadamente hacia el patio de la puerta. Ha elegido un lugar soleado en el alféizar de la ventana, porque los alegres rayos del sol son tan agradecidos para un gato como lo es el agradable calor de la estufa para un anciano, cuando el invierno ha vuelto a dominar la tierra. Si entramos en la cabaña, con toda probabilidad encontraríamos al propietario de la pequeña finca sentado en su viejo sillón, mientras que su nuera... pero hablaremos de esto más adelante. Desde la cabaña el terreno descendía en una ligera pendiente, que terminaba en una playa de arena blanca a la orilla del lago. Cerca de la playa estaban amarrados los pequeños botes, que se balanceaban entre los juncos, donde los niños se divertían navegando en sus barcos en miniatura. Desde la parte trasera de la casa, el pequeño valle se extendía entre campos y prados ondulados, intercalados con montículos áridos y parcelas de patatas. En los campos se oía el tintineo de los cencerros, los balidos de los corderos y el ladrido de un perro que reunía su pequeño rebaño. Carlo fue un perro afortunado, porque la granja era tan pequeña que podía mantener toda su carga a la vista en todo momento. Cerca del centro del valle había un gran árbol, cuyas ramas ampliamente extendidas daban sombra a un manantial que brotaba debajo de una enorme piedra cubierta de musgo. Éste era el lugar de descanso favorito de una hermosa doncella, a quien se podía ver casi todas las tardes de verano reclinada sobre el musgo que bordeaba el borde del manantial. " epdlp.com |