Contra la actualidad (fragmento)Albert Lladó
Contra la actualidad (fragmento)

"Tal vez tenía cinco años. Mis padres habían discutido y, durante el almuerzo, el ambiente era especialmente tenso. No recuerdo el motivo de la bronca, pero seguramente era algo relacionado con la precaria situación económica que existía en casa. En un intento tan ingenuo como improductivo tomé la palabra. La única intención era la de desviar la atención. A ver si la situación se relajaba. Cogí la cuchara con la que estaba comiendo el postre y pregunté en voz alta qué quería decir esa palabra extranjera que estaba grabada en el aluminio del cubierto. La deletreé poco a poco. O.L.I.V.E.T.T.I.
–¿Qué significa eso, «Olivetti»?
Aquella pregunta provocó una tormenta aún peor. La cuchara la teníamos porque mi padre, desde los catorce años, había trabajado en la filial barcelonesa de la fábrica de máquinas de escribir italianas. Hasta que, tras diversas huelgas, se acogió a un expediente de regulación de empleo, y, con una modesta indemnización, pasó de tener un trabajo estable a acumular largas temporadas en el paro, o compatibilizando encargos mal remunerados.
Mi pregunta fue la pregunta más inoportuna de todas las posibles. No me podía imaginar entonces que, en realidad, me dedicaría a eso, a hacer y compartir preguntas incómodas. Lo he hecho, sin ser consciente del todo, desde el periodismo, el ensayo, la narrativa y el teatro. Desde una escritura que comenzó de adolescente precisamente en una máquina Olivetti –modelo Studio 45–, un trasto que permanece en casa como una huella que nos recuerda, aún hoy, la condición obrera de la familia. Y de la escritura.
En el teatro, el dramaturgo intenta que los actores tengan la palabra precisa para encarnar una pregunta, un conflicto. En la novela, esa pregunta surge de la tensión constante entre el objetivo del protagonista y la resistencia que le impide realizarlo. El ensayo –entendido como una tentativa más que como el rodeo a una hipótesis– comparte una pregunta que, si está bien formulada, generará una nueva pregunta más minuciosa, pero que, al mismo tiempo, abrirá nuevas ventanas al problema planteado. No hay, a su vez, un periodismo crítico que pueda llevarse a cabo sin la voluntad de seguir preguntando. "



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