Los Diarios del Opio (fragmento)David Jiménez
Los Diarios del Opio (fragmento)

"Maugham siguió hacia Vietnam, una etapa del viaje en la que apenas se detiene. En Hanói no encuentra nada interesante y ni siquiera la deslumbrante bahía de Ha Long, con sus aguas esmeralda y sus islas que emergen del mar como gigantes de piedra, consigue sacarlo del tedio. Agotado, en Hai Phong lo espera una sorpresa. Un camarero lo informa de que un caballero desea verlo: se trata de Grosely, un compañero de sus tiempos de estudiante de Medicina en el hospital Saint Thomas. Lleva cinco años en la ciudad portuaria y lo invita a cenar en su casa, donde le presenta a su mujer vietnamita y le ofrece fumar opio. Maugham tiene aún reciente el recuerdo de una mala experiencia en Singapur. La droga le había hecho sentir un gran placer físico y una curiosa actividad mental, «como si todas las ideas nos parecieran de repente sumamente claras». A la mañana siguiente había despertado con la peor de las resacas y vomitó. Así que declina la invitación, sin impedir que su anfitrión se dé el gusto. Apareció entonces una anciana con una bandeja con un infiernillo, una pipa, una aguja larga y una pequeña cajita redonda con opio. Se arrodilló junto a Grosely, le preparó la adormidera y su excompañero dio una gran calada, dejándose envolver en una espesa nube de placer. "


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