Kuprelis (fragmento)Ignas Seinius
Kuprelis (fragmento)

"Retribuimos todos los cuentos y buenas acciones de Kuprelis, manteniéndonos alejados de él en todos los sentidos, a veces no muy amablemente. Encerrarlo solo, detener el molino... funcionó peor. No nos atrevimos a aparecer cerca del molino durante toda una semana. Generalmente lo cargábamos con piedras en el extremo del ala, en el pliegue de la tela: cuando el ala sube, las piedras caen directamente sobre la tapa del molino y hacen un ruido terrible por las paredes. Sucedió que tampoco pasó por las ventanas. Bueno, entonces nosotros, como ratones, corríamos lo más lejos que podíamos y nos escondíamos en el agujero del que sacaban la arena. Pero si Kupreli tuviera la suerte de encontrarnos allí, no nos dejaría ir tan fácil. Era muy difícil huir de él: habría que dar algunos pasos grandes y ya había pasado la hora punta. También prometió quejarse ante Sargaut y sus padres; pero nunca se quejó y pronto, al poco tiempo, se relajó por completo.
A veces no nos dejaba entrar en absoluto. Solía ​​caminar triste, deprimido, cansado; lo que le preocupaba, lo que le abatía, no nos compadecíamos. Y ahora muchas veces no lo entiendo. Cuántas veces había querido escuchar cómo vivía, qué veía. No decía una palabra sobre sí mismo, no sólo a nadie, sino también a mí. "



El Poder de la Palabra
epdlp.com