No se crían hijos para verlos morir "Cuando el mar se llevó a sus tres hijos ella estaba acodada en la puerta de su casa, pensando en ollas aladas y repletas. De pronto cayó en un vacío del que surgió vieja y encorvada. No necesitó entrar para vestirse de negro. Ya estaba recogiendo flores cuando salió su hombre con la radio en la mano, desamparado y tembloroso. Ella es una sábana flotando sobre nosotros. Nada detiene el remolino que alienta su vuelo. Desde su vientre deshabitado los ovarios violetas se abren como flores nocturnas. La ansiedad es un arrecife donde acerados corales hieren los cuerpos amados. Sin hijos bajo sus ojos quisiéramos las madres ofrecerle un trozo de pañal para vendar sus muñones o un arca donde recoger los salados restos. " epdlp.com |