Un amor (fragmento) "-¿Notaste lo tímida que se volvió la señora van Borselen y cómo alejó un poco su silla de Louis Berlage cuando éste contó aquella anécdota de aquella joven viuda que tenía tantas ganas de volver a casarse? -No, no le presté atención a eso... -Van Wilden volvió a estar con su novio esta noche. -Sí. Mathilde tuvo que soltarse el brazo porque la entrada a la habitación no era lo suficientemente amplia para los dos al mismo tiempo. Dejó entrar a su padre, con miradas irreflexivas por encima de su espalda. La habitación, desordenada, pulida, pegajosa, llena de un brillo grasiento a la espesa luz amarilla de la lámpara, emanaba una calidez total sobre sus rostros, impregnada de olores a guantes vidriados y a ponche. A través del único gran ventanal que daba al patio, entraba el aire exterior, como si procediera de una boca de la noche. Las sillas, a derecha e izquierda, estaban en un desorden hostil. Había cojines para los pies por todo el suelo, empujados violentamente. Mathilde se acercó al piano, raspó sobre el polvo una gota de grasa que había goteado de las velas y se había solidificado en una tecla negra, extendió el paño de lana verde sobre las teclas, cerró la tapa y guardó las partituras en el armario. -Sí, dijo su padre, que se había sentado lentamente a la mesa con su calva baja para leer el periódico durante otra media hora y la vio ocupada, realmente tocaste esa sonata de manera excelente, infinitamente mejor que la última vez. " epdlp.com |