El sueño de un anciano (fragmento)Grigor Prlichev
El sueño de un anciano (fragmento)

"Espíritu mío, tu visita me aterra, me hace temblar, las palpitaciones de mi corazón son cada vez más frecuentes y dolorosas, un espasmo se apodera de mis nervios y músculos. Sé que viniste a deberme algo. ¿Pero por qué eres tan rudo y hosco? ¿Te hice enojar con algo? ¿Qué deber no he cumplido? ¿Qué puedes hacer para desterrarme? ¡Qué tentador te presentaste ante mí en Atenas, cuando los trabajadores de los andamios pasaron la noche delante de la Universidad y hablaban entre sí en su lengua nativa, sagrada, búlgara! ¿Recordáis cómo los estudiantes, cuando oían el idioma búlgaro, despreciaban el discurso y a los hablantes y decían: "Por aquí pasan los bueyes"? Luego, con qué lisonja me diste unas palmaditas en los hombros y dijiste: "¡Véngalos!" ¡Véngate de ellos por Kostur y por todo el pueblo búlgaro!" Recuerdas que contigo estaba ese trompetista alado y magnífico, que ahora no me presentas, porque sabes que ya no representa ninguna admiración para mí. Y yo, con la esperanza de mi juventud, te había obedecido de todo corazón, dejé a la rica prometida Panahia y me entregué a ti, y con tu ayuda volví a ellos y los derroté como un solo héroe. Déjame hablar y no frunzas el ceño. Sé que la jactancia es un sapo, pero es propiedad de la vejez y de toda debilidad. Y tú, espíritu mío, viva el Altísimo, que te envió, ¿no se alegró más que yo y como recompensa por mi sacrificio puso una corona de flores sobrenaturales alrededor de mi cabeza? ¿No me entregaste tú, llevado por los muchachos nobles en la entonces "Sala de Lectura" de Bulgaria-Constantinopla, una carta con su más sincero agradecimiento, que en una tribu extranjera no me olvidé de mi madre, a pesar de que me trajeron, en un idioma completamente desconocido para ella desde mi juventud? Recuerdo lo personal que era entonces tu oda, lo majestuosa que era tu frente, el brillo que irradiaba tu mirada y lo sublime que era tu discurso. "


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