The Double Hook (fragmento) Sheila Watson
The Double Hook (fragmento)

"William intentaba explicarlo, pero no podía. Sólo lo sentía, pero siempre había percibido que lo sabía. Podía dar media docena de razones para cualquier cosa. Cuando una mujer que pasaba por su itinerario le hacía señas con un abrigo y le pedía que trajera un carrete de hilo del pueblo de abajo, él le explicaba que el hilo tiene cien usos. A fin de cuentas, decía, no hay forma de saber para qué sirve el hilo. Una vez conocí a una mujer, decía, que lo utilizó para coser a su hombre después de que lo arrojaran a una cerca de alambre de púas.
(…)
Así vivían. Suspendidos en silencio. Cuando hablaban, hablaban de martillos y hebillas, de agua para lavar, de ronchas y de témpera.
El mundo entero tiene moquillo, quería gritar. Tú, yo y la anciana. El suelo está podrido por ello.
Habían vivido esperando. Esperando encontrarse en el mismo lago, como los perros salen de la noche hacia el mismo fuego. Moviendo los labios cuando los movían, como los cazadores hablan oliendo a los ciervos. Se acercaron para limpiar platos y tenedores mientras la anciana estaba sentada en su rincón. Movieron los labios diciendo: Vivirá para siempre. Y cuando levantaron los ojos, su madre los estaba observando como observa un ciervo. "



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