Los tiempos de los agrimensores (fragmento) "Así hablaban las mujeres viajeras, al final de la vida de las demás, que tienden a conectarse como los extremos de una tira dorada cuando se doblan formando un anillo. La que se encontraba al final de su vida tenía unos nueve años, con un rostro alegre pero pálido, que parecía una fría pero hermosa mañana de principios de primavera. Su ropa era sencilla, no pobre, pero limpia, y estaba hecha de una variedad de telas y chales comprados en los tiempos antiguos. En los pies tenían calcetines nuevos de color gris. Sus ojos mostraban la impaciente anticipación que toda persona siente cuando se acerca a algo de lo que ha oído hablar mucho y que desea ver desde hace mucho tiempo. En cambio, su compañera, que se encontraba en el otro extremo de la vida, parecía una tarde tranquila, cálida y dulce de la época de la cosecha, que a veces desciende después del final de una tormenta pasajera. De su ropa se puede decir casi lo mismo que de la de los más pequeños, excepto que ésta era más gruesa y cálida hasta la médula. Su estatura estaba muy encorvada, y parecía que sólo el bastón, que ella levantaba rígida y pesadamente, no le permitía doblarse por completo. Debajo del pañuelo se veían algunas canas. Llevaba un cargamento de pan y algunos libros bajo el brazo, debajo de la manta. Ambas camaradas caminaron a su manera, a veces cogidas de la mano, de forma tan fiel y unánime que nadie se atrevería a pensar en crear una división entre ellas. " epdlp.com |