Volver a cuándo (fragmento) "Veía el humo, los focos aún prendidos, tan bonito y tan todopoderoso y resentido que era siempre el fuego, pensaba, nunca tan huérfana como en ese momento, aferrada a la letra de su padre, a la palabra hija que le colgaba del pecho eternizada en un amuleto de resina, pero pensó un poco mejor, vio un poco más ese paisaje humano devastado y se dejó sentir el temblor vivo que venía de su mano o de su pecho o de su dije, y la orfandad dio paso a la sospecha amable de aún contar con un abrazo protector, un filo hecho de muerte y de vida que había sido capaz de cortar el fuego antes de que la tocara, ese fuego que no solo destruía, sino que hacía que todo se volviera un mismo resto indistinto, desfigurado; todas las cosas, amadas o no, importantes o no, patriotas o no, acababan transformadas en un pedazo de carbón y tizne, y pensaba en cómo era posible que el desprecio tuviera el mismo olor que los terrenos quemados en Maracaibo, terrenos vacíos siempre rodeados de una cerca de bloques falla, porque nunca faltaba quien les robara bloques para construir una casita para que los suyos no tuvieran que aguantarse el olor a tantas basuras, aguadas o quemadas, que al final olían a la misma vaina, fueran basura de pobre o de rico o basura del restaurante chino o de la sede del PSUV o del baño de la Facultad de Humanidades, basura era basura, pensaba Nina que, así como esos terrenos, Roraima estaba en llamas, pero Roraima no era basura y ellos no eran basura, ellos no eran basura, ellos no eran basura, y aun pensando eso, aun así, por unos segundos se dejó tomar por la odiosa idea de que el aire carbonizado y maloliente que estaba respirando no era más que la estela que ellos mismos traían consigo, como si hubiera una hedentina intrínseca en todo cuerpo sudado, hambriento, asustado, que llegaba sin ser invitado, como si prendiéndole fuego a ese campamento improvisado en las bocas de la frontera, quienes los querían fuera de ahí estuvieran quemando alguna podredumbre que ese hormiguero inverosímil del que ella formaba parte, ese gentío atabardillado que lloraba en español por comida y cobijo y ONU y Operação Acolhida, había traído consigo. " epdlp.com |