El joven Porcel (fragmento) "Ha desembarcado en Barcelona a primera hora de la mañana del 22 de abril de 1960. Ve las Ramblas, como en un grabado romántico, esfumarse entre la niebla, y reflexiona que, a esa hora, en Mallorca, el sol ya debe de caer sobre el gallinero y los dos almendros que hay bajo la ventana de su cuarto. La urbe le parece gris; la gente, huidiza. Cuenta apenas con trescientas pesetas en el bolsillo. Ha cogido el metro hasta la estación de Fontana, y a él, que viene de un lugar famoso por su calma, le choca la prisa de la gente: unos corren del andén al ascensor, otros se apresuran por las escaleras. Se queda unos minutos esperando frente a la puerta cerrada del elevador junto a una señora rolliza con dos niños rubios, un cura que lee su breviario, otra mujer con un capazo lleno de hortalizas y un matrimonio mayor. Observa los personajes, memoriza sus trazos definitorios, como si tuviera que describirlos. Camina hasta su primer domicilio en la ciudad. Es la casa de un crítico literario. Se llama Joan Triadú, y el joven mallorquín le escribió desde Palma lanzándole un SOS un mes antes. Llama a su puerta a las nueve y media de esta mañana, cargado con dos maletas. Su anfitrión le recibe vistiendo una bata clara. " epdlp.com |