A un amigo "¿Por qué exigir que pulse mi lira enmudecida si sólo saben su cuerda exhalar? Mi arpa vibró sólo por el dolor herida en las amargas horas de mi azarosa vida, y dio a mi llanto forma de fúnebre cantar. Si apenas nace el día y encantos y primores, la vida y la esperanza despiertan por doquier, en tanto que celebran el día aves y flores, quisiera que la noche sin astros ni fulgores tornase ya de nuevo sus alas a extender. Comprendo ese egoísmo, cantar así mis penas, que a cada uno basta su propio padecer; mas, como el prisionero que llora en sus cadenas, gemir sólo supieron en horas aun serenas, mi corazón de niña, mis labios de mujer. No temo, no, que el eco de esta canción doliente, en algún modo pueda turbar la ajena paz; porque donde el bullicio de aves mil, se siente, realzan su alegría gimiendo tristemente la dulce tortolita, la tímida torcaz. " epdlp.com |