La mujer (fragmento)José de Letamendi
La mujer (fragmento)

"Jamás, en ningún tiempo ni lugar, la mujer ha sido libre, y no es, por cierto, el cautiverio la más abonada condición para que una criatura nos revele toda la verdad de sus esenciales caracteres. ¡Cuán incompleta y errada redactaríamos la Historia natural del tigre y del león, del oso y de la jirafa, del buitre y del dromedario, si no poseyéramos más datos que los que esos seres nos suministran desde las jaulas del Buen Retiro!
De la mujer se han afirmado cosas que no son peculiares de la mujer, sino comunes a entre ambos sexos, y cosas que, si sólo en el femenino se observan, no son en modo alguno características de él, sino consecutivas a su estado de servidumbre. Así, por ejemplo, el tan acreditado refrán castellano Guardar a una mujer no puede ser, sólo es cierto en tanto que la mujer es persona, es voluntad, es ser racional, libre, espontáneo; y si no, pruébese de sustituir a la palabra mujer las palabras colegial, estudiante, cautivo, conspirador, etc., y resultará el refrán igualmente verdadero, con perfecto asentimiento de pedagogos, catedráticos, carceleros y gobernadores tiranos. Y es que, en el fondo, la voluntad es esencialmente incoercible y tan rebelde, en cuanto se contempla redomada, como el álcali volátil, y el éter sulfúrico, y el espíritu de vino, y la esencia del alelí; cosas, al fin, llamadas con nombres que más parecen propios de alma que de cuerpo, según son de voluntariosas y refractarias a toda sujeción. Por donde se ve que debiera el refrán ser más comprensivo, diciendo lisa y llanamente: Sujetar un querer no puede ser.
Y así también se da como canon de indiscutible verdad que es de vidrio la mujer, por cuanto la quebrantan varonil es instancias, siendo así que de vidrio son mujer y varón, y ambos se quiebran en el choque, pero con el singular mérito, de parte de la mujer, de que ésta se rompe resistiendo más o menos, pero siempre resistiendo; mientras que el varón es de suyo tan quebradizo, que no sólo se quiebra también en el choque, sino además viene ya quebrado en intención, por el mero hecho de nacer de él el acometimiento. "



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