La mujer de isla negra (fragmento) "En la oscuridad se pueden ver mejor los detalles. Cada imagen se une a un sonido y se recorta sola y nítida en el negro y el silencio. Los pasos, por ejemplo. Nadie mira los pasos en el día, apenas se oyen. Nadie ve una mano tocar una mano, una rodilla. Las cosas importantes se pierden. Cae un bretel, un cuerpo retrocede y los besos suenan como estampidos en el negro. Las risas se confunden con la luz, pero en la oscuridad asustan como relámpagos. La mujer se reía. No se reía como mi madre ni como las mujeres que yo había oído reírse, se reía más fuerte, la risa más aguda. Se había quitado la ropa. Tenía la espalda bronceada y las nalgas grandes y un poco caídas. Pero en las piernas se le marcaban los músculos, como a las bailarinas. En la pantorrilla izquierda, una mancha oscura del tamaño de una ciruela. El vestido le rodeaba los tobillos como si estuviera en medio de un estanque en el que flotaban el sostén y los calzones, que eran de un color dorado. Pablo no estaba desnudo. Fue hacia la ventana y oyó el ruido de una silla: se había sentado para sacarse los zapatos y la ropa, y ahora iba hacia la cama. Los pelos del pecho le trepaban por los hombros y seguían en dos franjas en la espalda. " epdlp.com |