Amores patológicos (fragmento) "El pasado todavía me atormenta. Hay un sueño que se repite a menudo: entro en la habitación de mi marido y le sonrío. Al ver mi boca entreabierta, él vuelve con disgusto la cabeza, temeroso de un aliento cargado de bacilos. Por más que intento dejar de sonreír, no puedo. Me despierto con la boca dolorida y la cara congelada en una mueca. En los últimos años, Fernando ni me tocaba. Aunque nunca me lo dijo, yo le daba asco. ¿Soy feliz ahora? ¿Qué significa ser feliz? Cuando pienso en él pisoteado, flotando en el lodo y el agua pestilente del lago, siento un calorcito muy agradable por dentro. No he conseguido derrotarle en mis sueños y, sin embargo, a mi manera he ganado que construyó en la batalla: nada queda de la burbuja torno a nosotros. En el extremo estéril de su limpieza despótica empieza la vida impura de su puerca viuda. Me gustan el sexo, las manchas en la ropa, las uñas con roña, hurgarme la nariz, dejar la pasta de dientes abierta, pasear descalza por la casa para sentir cómo se pegan y se despegan mis pies en el suelo pringoso, las gotas secas de pis en la tapa del retrete y los pelos en el lavabo. No me gustan los desinfectantes, los bastoncillos, la lejía, el amoniaco, la peste a lavanda, a pino o a limón. " epdlp.com |