Babajan (fragmento) "Gente afortunada, – dijo el Maestro, – no se quedó mucho, en la tarde de una luna joven los cargaron en el barco y continuaron su viaje. Pero ese día pasaron todo el día recordando Salónica mientras estuvieron vivos, como dicen, y diciendo Golem sobre sus nietos y bisnietos, las historias macedonias son grandes y dolorosas, la gente no demuestra su valía. Ka Galiba feliz, dijimos, su día, la hora que dicen, ese día debería ser una gran fiesta turca, se adivinó Kurban Bayram, el día de Sazri Alia el Militar, yerno de Murat, el más cercano a Muharram y el más cercano a Allah. Aquí ven mentiras, barcos, milagros, y de esta ciudad con conciertos con música son esclavos y esclavos, los sinvergüenzas, y Galiba y el propio Sultán estaban de excursión por el Mar Egeo, más tarde, Babajan Quinto lo demostrará, porque será salvado por un barco imperial, y cómo se hizo amigo del sultán, cómo se convirtió en su funcionario en los harenes. Entonces, no era una galibah, sino que en realidad el sultán salía a caminar, y siempre para Eid al-Adha en el ramadán salía a través del mar Egeo porque era adulto y debilitado, y el agua del mar le devolvió la maleta y la salud, el viento del Egeo le devolvió la fuerza y el alma. Y los amos sintieron lo contrario que era una gran fiesta y que seguramente el sultán y el gran visir vinieron a visitar el país de Macedonia, porque desde la mañana en que salieron del puerto, de nuevo desde la tarde, desde la luna cuando salió y todas esas mentiras blancas y hermosas zarparon con los sirvientes y fluyeron con música y conciertos, primero escuchan toda la ciudad y huelen extraño y dulce, calor, un viento huele al mar, higos, lirios, carpo, sésamo tostado, café, sobre aceitunas sobre resina, sobre amargo, sobre suave, sólo por los olores para saciar el alma, sobre cordero asado, sobre ternera asada, todo Tesalónica huele embriagador, sobre suave, que tu mente se suture. Comenzó un tiempo para los sirvientes de los carpusi estériles, uno de más de treinta oka, tierra de dios, brotará piedra para plantar, esos pepuns como bebés, casi todos los sirvientes tienen un pepun, es decir, hombres pobres, cabrones, negros, por primera vez aquí vieron gente de ese color, unos ojos aterciopelados, sonriendo, semillas para derretir en la boca, un huerto así. Y en nuestro país, justo después de una palangana, florecía cuando empezaba la gente, y allí maduraba, pero empezaban los carpos y los pepuns, cuando empezaban las naranjas con cestas, carteles en la cabeza, naranjas, limones, dátiles, higos secos, tablas con simits, con panes blancos, gente resoplada amante del no te mires, no levantes la cabeza, no te despiertes, pero sea cual sea el alma que persista en una fiesta real, no han visto tanta comida ni milagros. " epdlp.com |