Jeanette (fragmento)Oton Zupancic
Jeanette (fragmento)

"Me conmovió. Seis años después de la muerte de Vodnik, dos años antes, Preseren publicó su primer poema impreso. Según Kidric, "la primera evidencia indiscutible del diseño esloveno de Preseren sólo se atestigua después de la primavera de 1825". Así después de aquella primavera en la que Jaenette garabateaba sus versos, sonaba la pequeña música estilo Biedermeier en una tabaquera o un reloj. Y, sin embargo, en la era del silencio literario, justo antes de que suene una canción milagrosa e inmortal, un hombre esloveno, una chica eslovena, intentan dar rienda suelta a lo que hierve en su corazón, su emoción, en su idioma. En realidad, porque es una emoción que se derrama de forma natural y no forzada. Ni siquiera deberíamos tropezar con la expresión "dihtas". A quien se refieren estas líneas, debe haber estado involucrado en la poesía y la música: ¿debería decir "tú cantas"? Eso no habría dejado claro de manera inequívoca lo que ella estaba tratando de decir; "cantar" no se conocía en nuestro diccionario en ese momento. Y Jaenette era real y clara hasta en la última línea.
¿Quién era esta Jeanette? ¿Qué era ella? ¿Cuál era su nombre completo? ¿Quién sabe si conoció a Preseren? Ella debió mirarlo como un misterioso omnisciente, que ve y sabe decir incluso lo que brota en su corazón y lo obliga a tener ritmo y rima.
¿Tengo que disculparme por llevar una cosita tan frágil en un día relacionado con la semana de Preseren? Sin embargo, este hermoso retrato arroja algo de luz sobre el carácter y la domesticidad de la burguesía de Liubliana de aquellos tiempos. Seguramente alguien que quisiera emprender el renacimiento literario de Liubliana en aquella época podría incluir provechosamente en su historia a Jaenette, una chica con una actitud limpia y saludable hacia sus semejantes, una mujer que, en apenas seis líneas, confesaba con tanta libertad su cálida camaradería... ¿o tal vez se escondía detrás de ello el amor? Por eso espero que me perdones, Jaenette, y me concedas un modesto rincón en tu revista. "



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