Ninay (fragmento)Pedro Paterno
Ninay (fragmento)

"Volvamos a aquella casa, recostada en medio de un precioso jardín, cerca de la orilla del Pásig, cuyos moradores supieron convertirla en mansión peregrina.
Han transcurrido tres años. La naturaleza que la rodea nada ha cambiado en su esplendidez. Como siempre, desde sus ventanas se disfruta de un magnífico paisaje.
Al frente, y besando la verde alfombra que pisan los muros, se presentan abundoso el río que, a través de pintorescos grupos de balanceantes cañas y aéreas bongas, extendidas en la otra ribera como transparente cortina, se deja observar en largas revueltas, acariciando casas de nipa con sus palomares, casas de piedra con iglesias y torres.
Por Occidente se contemplan las montañas elevadas de Mariveles, esperando el reposo del sol fatigado para adormecerle en sus bosques al compás de las aguas y las hojas. Claudio de Lorena, no tiene colores en su paleta para pintar el lánguido crepúsculo de ese sol, ni Ruysdael para copiar la melancolía de ese bosque. Preciso es pertenecer a nuestra raza para reproducir en el lienzo ese dulce y encantador espectáculo. ¡Cuán bello y sentido es mirar semejante panorama, cuando recibe la última mirada del día! ¡Cuán triste murmura la fuente! ¡Cuán hermosa cae la tarde! ¡Cuánta regalada música en los ríos y en los mares, en los valles y las montañas, al descender el Ave-María! ¡Cuántas lágrimas se perciben en ese adiós de la luz tropical! "



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