Las escaleras de piedra y nubes (fragmento)Johan Daisne
Las escaleras de piedra y nubes (fragmento)

"Gun Sedgwick yacía en un sillón junto al fuego, con las botas sobre la parrilla y la cabeza apoyada en el reposabrazos. Tenía los párpados cerrados; una colilla de cigarrillo ardía entre sus labios. Habían llegado aquí por cansancio de la civilización, aburridos del Viejo Mundo, de una vida sin horizontes, de un trabajo sin resultados; cansados ​​de la gente y sus ideologías, cansados ​​de ellos mismos y de sus inútiles intentos de construir una vida con sentido en el caos de allá. Un día, antes de que fuera demasiado tarde, tomó la decisión. Se había deshecho de la astuta neurastenia y, con la indiferencia del enfermo que quiere ayudarse a cualquier precio, pidió prestado el dinero del fondo que se le había confiado sin ninguna lucha de conciencia. Podría devolvérselo más tarde, pensó, y pase lo que pase, la sociedad se lo debía, lo había enfermado y ahora también podría curarlo. Pero él no había aceptado sólo eso. Había acudido a la mujer a la que había idolatrado en su juventud, a la que había perdido precisamente por no haber logrado llegar a tiempo a un compromiso entre el cielo y la tierra, pero que luego había perdido, precisamente por esa pérdida, con todo. Los demás, nunca podrían haberlo olvidado. Sabía que ella también todavía lo amaba y que también se estaba marchitando en su círculo, marchitada con todas sus maravillosas ideas del pasado. Y él la tomó con la misma indiferencia con la que lo hizo. "


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