Rodmoor (fragmento)John Cowper Powys
Rodmoor (fragmento)

"Su instinto femenino la llevó a persuadirlo de que lo comprendía; la llevó a decir lo que era más tranquilizador. Para él, era un gran consuelo, pero en el fondo de su corazón albergaba una duda que la inquietaba; una duda que sólo la rara dulzura de esos primeros días de amor de su vida le permitía ocultar y disimular. Y ese sentimiento acerca de las confesiones de su amante no era la única nubecilla en el horizonte de Nance Herrick durante esas semanas memorables, semanas que, después de todo, estaba destinada a recordar cómo eran extrañamente felices.
En los pocos momentos en que su apasionada emoción la dejaba libre para pensar en esas cosas, se sentía mucho más preocupada de lo que estaba dispuesta a admitir por las ambiguas relaciones existentes entre las dos personas que dependían de ella. Desde la muerte de su padre, aquel marinero pródigo, hacía tres años, cuando ella se había encargado de mantenerlos a ambos con su trabajo en la modista, había sabido que no todo iba bien entre ellos. Rachel Doorm nunca había perdonado al capitán Herrick por haberse casado de nuevo; lo sentía instintivamente, pero sólo muy recientemente había empezado a sentirse realmente preocupada por la actitud excéntrica de la mujer hacia la pequeña hermanastra.
Linda sabía que su madre, durante su largo y nervioso declive, se había aferrado más bien a esa lúgubre amiga de su ex esposa; pero la madre de Linda siempre había sido diferente de otras mujeres, y Nance podía recordar cómo, en los primeros tiempos, nunca interfería cuando la señorita Doorm se llevaba a la niña para castigarla.
Para la propia Nance, Rachel siempre había sido una especie de preocupación. Su devoción salvaje había resultado una y otra vez más una carga que un placer; y ahora que había aumentado la tensión entre ella y Linda, la relación empezó a parecer envidiosa, rapaz, siniestra. "



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