Mujeres de la posguerra (fragmento)Inmaculada de la Fuente
Mujeres de la posguerra (fragmento)

"Olvidados los refugios de Arenas de San Pedro y Cercedilla, al volver de Italia frecuenta la Costa Brava invitada por una amiga o acompañando a su hija Cristina. No muy lejos, la estela de otra novelista se difumina en el paisaje. Algo misterioso podría unirlas, salvadas las distancias del tiempo y de sus ideas sobre la literatura y la vida. Mercé Rodoreda busca el anonimato en Port de la Selva, se dedica a cuidar las plantas del aislado chalé que habita, hace la solitaria vida de un hombre soltero. Son diferentes, pero igualmente enigmáticas. A Laforet la soledad que requiere pelearse con la escritura cada vez le estimula menos. Rodoreda está ya al final de su vida, ha visto naufragar sus sueños y ha resucitado después de la derrota. La luz de Ginebra, fría, brumosa, pero de una claridad aterradora, aunque casi nunca la alimente el sol, se ha fundido en sus ojos. Ha vuelto del exilio sola y sola vivirá los últimos años: la literatura y las rosas son una medicina diaria para esta mujer que describió la fantasmal pesadilla de las palomas devorando los sueños de la Colometa, en La plaza del Diamante. Bajo su tímida sonrisa se escapa una verdad agridulce: algo muy hondo ha muerto ya en ella y sólo la escritura la mantendrá viva por un tiempo. "


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