La casa limón (fragmento) "Si sigo moviéndome, en poco tiempo, las paredes me aplastarán y papá desaparecerá. Imagino la posibilidad de morir aplastada entre muros y la respiración se me ralentiza. Si muero, también mataré a papá. Necesito saber si papá está dentro de ese vacío que se me acerca enmarcado en las paredes o si esto no es otra cosa que una elucubración de mi mente. Aunque no lo vea, sé que papá sigue estando en todos los cuadros a la vez. Tomo la decisión de dejar de avanzar, de permanecer inmóvil. La distancia es la ideal ahora. Me concentro en el blanco encerrado dentro del marco que tengo delante. Con todas mis fuerzas vuelvo a intentar hacer visible la imagen de papá, pero no lo consigo. O al menos eso parece. Me percato de que es solamente cuestión de no bloquear la percepción. Doy un salto mental y estoy dentro de uno de los cuadros, feliz de poder por fin tocar y abrazar a papá, pero cada vez que me acerco, él desaparece. Angustiada, cierro los ojos y vuelvo al centro. Doy varios pasos hacia uno de los marcos vacíos. Necesito comprobar en mi propio cuerpo que las paredes siguen acercándose a mí, obedeciendo a ciertas leyes físicas que desconozco y que nada tienen que ver con las leyes que rigen la dimensión de la realidad. Abro de nuevo los ojos y me veo rodeada por un muro circular. Si estiro la mano, llego a tocarlo. Los marcos rectangulares han desaparecido. Papá ha desaparecido. Siento cómo se me están durmiendo las extremidades, cómo todo mi cuerpo se ablanda y escucho una voz familiar que sentencia que es inútil buscar a papá. Acto seguido, alguien me toca el hombro. Abro los ojos con la esperanza de que sea él, pero tengo delante a una niña de apenas siete años que se parece mucho a mí. Se gira de espaldas y de su nuca sale, ruidoso, un enjambre de abejas. " epdlp.com |