Caer es como volar (fragmento) "Un lienzo grisáceo sobre el cual mi madre con su rostro de virgen debió de resaltar; una manzana de Navidad recubierta con una fina capa de cera (incomible, pero con la promesa de salud y dulzura). Dudo mucho que HEHH se percatara entonces de lo profundo que era el abismo social que los separaba. O quizá lo supiera muy bien. La joven Anna Alida, de veinticinco años, sin duda se quedó maravillada ante este caballero con su abrigo de lana cardada. Un hombre que se expresaba con elocuencia y que apartó gentilmente los papeles del embargo, que se ofreció, el día después del almuerzo, a comprarles zapatitos a las dos niñas; atento y observador como era, había visto que se paseaban por la casa con calcetines sucios... Sospecho que después de unas cuantas semanas de vivir secretamente con mi madre (horas robadas en una habitación de hotel, cenas bajo globos de luz blanca), los años con su primera mujer se esfumaron por completo y ya no parecían formar parte del juego al que él, Henri, se había entregado para matar el tiempo mientras llegaba esta vida nueva y más emocionante, Anna Alida, el caos hecho carne en el cual él podía refugiarse de las garras de un universo que lo asfixiaba. Una obligación de la que quiso librarse antes de que la soga le apretara demasiado el cuello. " epdlp.com |