Les hauteurs de la ville (fragmento)Emmanuel Roblès
Les hauteurs de la ville (fragmento)

"Uno de mis atacantes me empujó bruscamente dentro de la habitación. La puerta se cerró de golpe detrás de mí y salté. Casi me doy la vuelta. Mientras me encontraba cerca de la entrada frotándome las muñecas, me empujaron hacia el frente de la oficina. Entonces vi a Almaro. Él me miraba fijamente, apoyado en el escritorio, con el portalápiz levantado. Lo reconocí bien. Había engordado. La luz de la lámpara de globo verde le daba un cutis enfermizo, proyectaba manchas de sombra sobre su nariz y frente y creaba una máscara cuyos ojos duros y brillantes me fascinaban. Bajo esta luz, de repente me parecieron separados de la cabeza, libres, como esos ojos de cristal en el escaparate de una óptica que siempre me inquietaron.
Él también debió verme iluminada desde abajo, y quizá no me reconoció por mis labios aplastados y mi párpado izquierdo hinchado. Habían golpeado muy fuerte, los tipos que me atraparon rompieron sus carteles. En ese momento estaban parados detrás de mí, inmóviles, y podía oírlos olfateando.
Almaro continuó observándome en silencio. Se había puesto una mano sobre la boca y, con el ceño fruncido, parecía buscar en su memoria dónde podría haberme conocido. "



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