El fuego bajo la sotana (fragmento) "Durante mi ducha, que prolongo, me lavo y al lavarme la cara y las manos otra vez para intentar deshacerme de toda esta violencia por la que me siento contaminado, aún persiste en mí, a pesar del olor a jabón, un olor a sangre, caliente y ferroso. El olor de la vergüenza. [...] En este preciso instante, yo ni siquiera puedo decir realmente si todavía soy compasivo hacia los refugiados, superando mi rabia y confusión, y tal vez para ahuyentar mi mala conciencia, me visto apresuradamente. [...] Tumbado en el suelo, oigo a estos hombres que continúan su tarea: atraer a hombres con rasgos finos o de considerable estatura – todos aquellos que parecen tutsis – y los cortados con sus machetes. Estoy demasiado aturdido para poder reaccionar, pero ¿serviría de algo? En la niebla de mi vértigo, los gritos de las víctimas me aturden de nuevo y también el sonido seco de los huesos crujiendo bajo cada furioso golpe. " epdlp.com |