Nuevos temas, viejos temas (fragmento)João Gaspar Simões
Nuevos temas, viejos temas (fragmento)

"¿Inhumanos, como figuras como Enrique IV? Sí, pero con una inhumanidad perfectamente armoniosa con la humanidad que se expresa en el arte creado con el que se presentan. El teatro no es una imagen de la vida. Pirandello, que fue uno de los primeros dramaturgos de nuestro tiempo en apoyar, derivan de este principio del arte dramático contemporáneo. Todas las creaciones del teatro son, en cierto modo, sintetizadas. El propio Hamlet no se vuelve loco. Y es necesariamente porque representa una síntesis de su psicología que nos parece tan contradictoria e inexplicable, en el teatro. Lo que se necesita es que los personajes, en su inhumanidad, la comunidad, en su génesis intelectual y sintética, se apoya en cualquier cosa real, esencial y permanente humana. ¿Cómo conseguirlo? Por identificación de que el público viene a hacer entre lo que ellos, en resumen, desean varonilmente, representar y lo que él mismo, público, vivo y humano, en realidad lo es. Por esta única cosa impuesta que te aparezcan, debido a un conflicto que no se presenta como intelectual, artístico o estético. Si el conflicto en el que se encuentran enmarcados los humanos, el conflicto que el arte presenta cuando el arte es perfecto, porque es humano, los humaniza también. En el arte todo es relativo. No hay mejor ejemplo de la relatividad del arte que el orden de las mentiras a las que el teatro está sujeto con plena aceptación del público. Ya que el espectador admite que en la chimenea falsa donde el actor acaba de tirar la carta comprometedora, la quema un fuego verdadero, todo se vuelve verdad en el mismo orden de ideas. "


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