Filosofía en 11 frases (fragmento)Darío Sztajnszrajber
Filosofía en 11 frases (fragmento)

"Pero en cada una de las estaciones la escena se repetía: los soldados replegándose y cada vez más gente acechándolos, tomada por una fuerza que superponía enojos, vocación democrática y hasta el hartazgo con una realidad cada vez más evidentemente manipulada. La filosofía de la sospecha no da respiro. Todo, pero absolutamente todo es puesto a disposición de un gran entramado que casi siempre es conspirativo. Y así, desmantelando conspiraciones se echa a mano a más conspiraciones. Si la deconstrucción de la conspiración solo es posible desde la hipótesis de otra conspiración, quien gana seguro es la conspiración. Ponele que todo está diseñado como una gran matrix para dominarnos; ¿hace falta que haya alguien, personas, detrás de ese gran dispositivo? ¿No recaemos entonces en lo mismo que se está cuestionando? Porque una cosa es sostener que la verdad es un mito, que no podemos no vincularnos con la realidad sino en la forma del mito, y que esa imposibilidad anida en la estructura misma de nuestro lenguaje, o sea de nuestro pensamiento; pero otra cosa es poner como causa de todo este operativo a alguien concreto, el señor Pindongo, la empresa Pindapoy, o lo que sea. Es que cuanto más personalicemos al poder, más lo vamos a sentir aprehensible, y por ello combatible; pero cuanto más se nos vuelva una estructura, más se nos difumina, se nos esfuma, o peor, se nos internaliza, se nos vuelve propio, y se apropia de nosotros. Por eso la conspiración tiene algo de farmacológica, un ansiolítico ideal que ordena al mundo en su ideal: claridad absoluta sobre quiénes son los amigos y quienes los enemigos, desestimando que ambos conceptos se confunden. Claridad absoluta adentro, aunque afuera todo esté oscuro.
El Congreso en sesión extraordinaria, muy presionado por la opinión pública, promulgó el estado de sitio en consonancia con el Poder Ejecutivo. Toda la oposición estuvo de acuerdo que, ante los sucesos de Martín en el subte, el país necesitaba de un cuidado especial, de un tratamiento ejemplar. Martín había desenrollado una madeja sin fin: se había constatado en menos de veinticuatro horas la existencia de una red terrorista que en cualquier momento asaltaba el poder en nuestra Argentina bendita. Los expertos en seguridad mostraron todas las pruebas, debidamente clasificadas y pedagógicamente explicadas en los medios para que todos los argentinos entendamos de una buena y definitiva vez, dónde está el mal y dónde está el bien.
No hubo fuerte rechazo a la medida, nadie del cuerpo político institucionalizado se opuso, salvo por un grupo de referentes marginales que rápidamente fueron apartados desde el consenso público, o por delirantes o por cómplices. "



El Poder de la Palabra
epdlp.com