Pásame la sal (fragmento) "Había una urgencia por actuar; las palabras y los escritos ya no eran suficientes para intervenir en una realidad que se estaba saturando de miedos. Empecé a evaluar en voz alta algunas posibilidades de acción, empecé a disfrutar de la idea de cambiar, como concejal, la organización de los servicios… en resumen, al final me dejé convencer y me convencí a mí mismo. (…) No quería limitarme a no hacer daño: quería cambiar un poco el mundo. Asumir la responsabilidad, aceptar incluso las contradicciones más candentes, pero impactar la realidad para hacerla crecer. Y en cambio, todo se suaviza, se ablanda, desaparece. Ni siquiera queda una tradición que autorice la indignación, que ayude a decir: «No me gusta». " epdlp.com |