Lilith (fragmento)J.R. Salamanca
Lilith (fragmento)

"Ella comenzó, como había prometido, a enseñarme su idioma (...). Solo había una conjugación, y recuerdo este hecho notable sobre sus sustantivos: se dividían en dos categorías, no de género, sino de oscuridad y luz, cada una con una declinación diferente. Bajo la declinación de Luz se encontraban palabras como ruido, sed, acción, hombre, supervivencia, guerra, orgullo, arte y vida; y bajo la de Oscuridad estaban silencio, quietud, mujer, paz, humildad, perfección. Esta curiosa división otorgaba a cada sustantivo, a diferencia de la mayoría de las lenguas modernas, una cualidad moral más que sexual, y proporcionaba material fascinante para la especulación sobre la base de su asignación de una palabra a cualquiera de las dos categorías. (Recuerdo, a este respecto, que había dos palabras distintas para belleza, una que connotaba belleza perfecta y otra imperfecta; la primera se relegaba a la declinación Oscura y la segunda a la Luz). A lo largo de toda la estructura de su gramática había evidencia de esta misma preocupación por la paradoja. Todas las palabras que tenían un opuesto, por ejemplo, se componían de las mismas letras que la antónimo, escrito al revés (Paral - Luz; Larap - Oscuridad); y una característica particularmente sutil, y bastante desconcertante, era que para ciertos propósitos literarios o litúrgicos un sustantivo podía cambiar su declinación, es decir, ser transferido de la categoría de Luz a la de Oscuridad, alterando así por completo la textura y la atmósfera de la prosa, como si rayos de luz hubieran sido disparados repentinamente a través de una lluvia torrencial, produciendo arcoíris de significado radiantemente invocado. "


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