Marcha "Vamos por encima de mares, ríos por altos montes, cañaverales al sol y matorrales sombríos, destruyendo y edificando horizontes. Sin embargo, al final, ¿existe siempre otro sosiego de alamedas donde nunca estamos? Recordadas alamedas... Ah, nunca llenas de racimos de uvas, siempre habitadas por ecos durmientes con sonidos de cascabeles sueños antiguos de escarpas y veredas por donde, bajo el tintinear de la luz del sol con lluvias, hombres agarraban a Evas fugitivas, ¡con gritos y con risas! Y no se acaban las algas verdes de misterio, lodos verdes de certezas tristes; las bellas zarzas serpentinas, oros de arenas que son brasas, alas ¡que son picos y garras de rapiña! Ahora, al aire libre. Hacia el sueño que rebasa el vuelo de aves, el frío —una presión; y la cerrazón, ceguera inmensa de la atmósfera. Oh, la visión de una nube que, suspendida, allá, hacia una vida de ilusión estática, se desliza blanca en el azul, con el recuerdo de la que fuerte y fea corre hacia la muerte... Ah, no acaba, no, todo lo que en el fuego torna visible la forma de tentación, ¿inalcanzable? Y ya corremos, ya paramos. Si descansamos y adormecemos ¡nos levanta el viento! que nos lleva llorando y riendo toda la alegría del sufrimiento. ¡Oh, techo de las cavernas! ¡Oh, penas en la cabeza! ¡Oh, dolor de hombres hacia las fieras! Guerras y penitencias medievales ¡oh de ayer, cabalísticas quimeras! Cosmografía del mar, del aire, ¡Oh guerra de hoy a renacidas tinieblas! Amor, amor, instinto de lo ilimitado ¿a dónde nos llevas? -Traducción: Mario Morales Castro-" epdlp.com |