El alojado "Sólo llega a ser huésped quien no contrató frascos donde guardar saliva y números pendientes de celebrar. Bailarás con la vida, si es así, como baila un sordomudo con la mirada, inventando la música en sus ojos en medio de la fiesta y de espaldas a una plata cansada de trompetas. Tan sólo si deshaces la luz entre los dedos y soplas de una vez sobre los nombres y ves caer sus estambres sin ruido, sabrás que quien aloja tu lenguaje también conoce esa virtud de apartar las preguntas de tu lado y vigilar las inmediaciones del pan, las canciones musitadas, la intimidad oscura de los dedales alejados del uso. " epdlp.com |