Detrás del odio (fragmento)Barbara Abel
Detrás del odio (fragmento)

"Más tarde, cuando David recordó aquella velada, lo primero que le vino a la mente fue la perfección del momento, la increíble felicidad que emanaba de cada mirada, de cada gesto, de cada palabra intercambiada. Los planes de futuro, las promesas y las risas, y luego esa sensación de evidencia, de que una familia es elegida más que impuesta, y también de que por fin había encontrado su puerto de origen, él, el huérfano que había crecido sin amarras. El niño abandonado, trasladado de hogar de acogida en hogar de acogida, su difícil progresión a lo largo del empinado camino de la existencia, el precario equilibrio entre el bien y el mal, perdido cien veces, recuperado por los pelos cien veces, para acabar siendo reincidente y empezar desde cero.
De vuelta al punto de partida.
Su punto de partida fue ella, Laetitia. Y el renacuajo que estaba gestando en su vientre. Su pequeño sapo. El hijo a quien le daría todo lo que nunca había recibido, a quien tomaría de la mano para mostrarle el camino recto. Dijo "el camino correcto" porque a sus ojos "el camino correcto" no existe, es un señuelo, un espejismo que se les pone a los niños para hacerlos entrar en razón. No exceder. Manténgase alejado del centro de atención. Camina recto hacia adelante, baja la cabeza, no mires a los lados. "



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