Lev Lunts El patriota (fragmento) "¡En el extranjero! Ve tú mismo a ese país extranjero. Ya no voy allí. ¡Ni siquiera mencionaré al proletariado oprimido y a los tiburones capitalistas! Dejemos que la gente inteligente decida eso. Mi negocio es pequeño. ¡Mi negocio son las ametralladoras, malditas sean! Estoy indignado, camaradas. Así que aquí está. Llego a Berlín. Estación de tren. Se llama Schlesicher Banghof. ¡Y eso que también es un nombre! Está limpio, no discuto. No puedes escupir. Pero en general es una tontería. No, creo que miraré la cultura. Iré al baño. Si el baño está en orden, entonces realmente está en el extranjero. Aquí en Rusia, incluso si pusiéramos todo patas arriba y convirtiéramos a todos los pobres en profesores, los baños de las estaciones de tren seguirían sucios. ¡No se puede hacer nada al respecto! Entré al baño de hombres y me quedé atónito. Brilla como el oro. Bueno, esto no es Rusia. Se sentó. Encantador. Tus pies están sobre los pedales, unas palancas complicadas te sostienen a los lados, siéntate, ¡no quiero! Bueno, me senté allí tanto tiempo como fue necesario. Y ahí fue cuando me ocurrió algo misterioso. Quiero levantarme, pero no puedo. ¡Qué carajo! Me apresuré una o dos veces y a ninguna parte. Las palancas me sostienen y mis pies están pegados a los pedales. Me he asustado, camaradas... De repente miro la pared: una caja de metal. Dice - automático; Deja caer diez céntimos y te librarás." El Poder de la Palabra epdlp.com