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Poema II "Ahora, la lluvia ha sido invitada a nuestra mesa, amor. Se ha propuesto visitarnos con los pies descalzos. No debes hablar cosas tristes, ni mucho menos despedirla. Todo el invierno ido se ha pasado preguntando por ti, interrogando si son bellos tus ojos, si tus manos son tibias, como collares. Alista el vino del amor: acomoda tres vasos, y pon cigarrillos. Ha llegado. Está caminando por la calle húmeda. Corre a recibirla. Ponle una fruta a tu sonrisa. Y un delantal blanco a tu ternura. Arréglate las sandalias de loto. Las colinas están verdes como el mar. Y los leños arden en la montaña del hielo. ¿Está lista la mesa? ¿El pan, el vino, el cigarrillo? A traído medallas mojadas, manzanas, y un signo de interrogación en sus lágrimas. Por eso, no guardes tu pañuelo, ella puede echarse a llorar. Siempre llora acunada en el pecho de los ángeles. Llora por todos, por ejemplo, por Ella, por la luna y los racimos y también por el amor. ¿Está la silla? ¿Y el fuego, y los cubiertos y el postre de amor?" epdlp.com |