Contos e phantasias (fragmento)Maria Amália Vaz de Carvalho
Contos e phantasias (fragmento)

"¡Había tantas flores, tantas flores! ¡Y de tantas formas! Algunas eran triunfantes, brillantes, como teñidas de sangre nueva y generosa; otras, blancas como los brazos de marfil de la madre de Bertha; algunas tenían una palidez delicada y mórbida que recordaba a las hermosas damas que veía deslizarse como suaves sombras por los pasillos alfombrados de su casa. Otras eran de una rosa tenue y dulce que acariciaba los ojos de quienes las veían.
Las campanillas azules, esbeltas y efímeras, semejantes a diminutas copas de cristal de Bohemia, trepaban amorosamente alrededor de los troncos más robustos que las rodeaban; las margaritas, con su blancura mate y su forma de estrella, contrastaban encantadoramente con el verdor claro y fresco de los campos de hierba.
Había flores muy rectas y delgadas sobre el fino pedúnculo, lo que hizo pensar a Bertha, no sé por qué, en las bellas princesas de los cuentos de hadas, que viven en sus palacios junto al mar, escondidas, discretas y llenas de majestuosa bondad.
Las camelias, con la belleza victoriosa de su teclado de colores vivos y variados, le recordaron a Berta la música que había oído una vez, un día de desfile, en el ostentoso desfile de las tropas, ¡música brillante, sonora, marcial, hecha de la estridencia de las trompetas, de la fanfarria triunfal de los instrumentos de metal, de todas las notas guerreras que irrumpían en el espacio, como en una explosión armoniosa y sonora!"



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