La mujer y la rosa (fragmento)Mohamed Zefzaf
La mujer y la rosa (fragmento)

"Suze me acosaba sin decir palabra. Al final, hablamos incoherencias, algunas sin relación entre sí. En fin, podíamos llenar el espacio con lo que fuera. Las palabras empezaron a fluir y a surcar los aires, como: «Hay demasiada gente», «Hace buen tiempo», «La noche es preciosa», etc.
Caminamos muy despacio y nos aislamos de la gente y luego ya no estábamos en la multitud, estábamos solos, vimos a otros solos, mujeres y hombres, mujeres y mujeres, hombres y hombres, pero no había niños ni niñas, mi mano cayó por casualidad en un lugar sensible del cuerpo de Suze, ella tembló y me abrazó fuertemente.
[...]
Se sentía alienado y oprimido en la sociedad europea, a pesar de evadir los sombríos problemas de su patria. Sólo había dolor, privaciones, confusión y distracción. No había principio ni fin, solo una continuación en un círculo vicioso de desesperación y dolor."



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