Mi gato Yugoslavia (fragmento)Pajtim Statovci
Mi gato Yugoslavia (fragmento)

"Bajamos al sótano. Pasamos entre congeladores industriales y estantes de comida deshidratada, espaciosas jaulas y juguetes hechos a medida, cubos de vidrio de terrarios, cucarachas, langostas, moscas de la fruta y grillos de campo. Por todas partes se percibía un olor a muerte, salpicado de los aromas templados y fríos de la madera, el heno y el metal.
Las tenían en la oscuridad del sótano, porque allá el ambiente era más húmedo y las condiciones imitaban a las de su entorno natural. La puerta no se abría y cerraba con tanta frecuencia y no estaban a la vista de todos. Muchas personas seguramente ni siquiera entrarían allí­ por temor a encontrarse con ellas. Solo su aspecto ya causaba pánico en la gente.
La sección de serpientes estaba dividida en dos categorías: serpientes venenosas y serpientes constrictoras. Había docenas de ellas, toda una estantería ­a, y estaban almacenadas unas encima de otras: las más grandes y fuertes estaban en los estantes inferiores, y las más pequeñas, en los superiores. Eran de diferentes colores: las pitones arborícolas de color verde lima brillaban como luces de neón, las gruesas boas jamaicanas de rayas amarillas aparecían ante mis ojos como los pasteles más deliciosos de un festín, las pequeñas serpientes del maíz naranjas y las boas tigre de rayas marrones se habí­an enroscado formando nudos.
Estaban en terrarios de cristal, como despojadas de su poder, enroscadas en sus árboles trepadores; algunas se habían tumbado a lo largo del terrario, se humedecían la piel en los recipientes de agua y digerían su comida. Todas compartí­an una profunda melancolía. Giraban con lentitud sus ociosas cabezas, como si estuvieran aburridas o, más bien, humilladas. Era triste pensar que eso era lo único que conocían."



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