Estación Once (fragmento)Emily St. John Mandel
Estación Once (fragmento)

"A veces algunas personas abandonaban la Sinfonía, pero las que se quedaban entendían algo que muy pocas veces se decía en voz alta. La civilización en el Año Veinte era un archipiélago de pequeñas ciudades. Esas ciudades habían luchado con individuos que vivían de forma salvaje al margen de la sociedad, habían enterrado a sus vecinos, y sus gentes juntas habían vivido, sufrido e incluso muerto [...]; por todo ello, en esos sitios no recibían con los brazos abiertos a los desconocidos...Tal vez pronto la humanidad se apagaría sin más, pero a Kirsten esa idea le producía más tranquilidad que tristeza. Muchas especies habían aparecido en la Tierra y después se había extinguido, ¿qué importaba una más?
[...]
El rey estaba de pie en un círculo de luz azul, algo inestable. Era el acto cuarto del rey Lear, una noche de invierno en el Elgin Theatre de Toronto, Esa misma noche, un poco antes, tres niñas, versiones infantiles de las hijas de Lear, habían representado un juego de palmas en el escenario mientras la audiencia iba entrando, y en ese momento volvían en forma de alucinaciones en la escena de la locura. El rey trastabilló e intentó atraparlas mientras ellas revoloteaban de acá para allá entre las sombras. El actor que hacía de rey se llamaba Arthur Leander. Tenía cincuenta y un años y llevaba una corona de flores en el pelo."



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